DESEA SER UN ESCRITOR DE POESÍA
¿Cómo ser un gran escritor de poesía? aquí te decimos algunos técnicas :
Rainer Maria Rilker -Poeta |
El poeta checo Rainer Maria Rilke mantuvo
correspondencia con un joven poeta llamado Franz Xaver Kappus y que
era cadete de la escuela militar austrohúngara. A través de diez cartas que intercambiaron
durante cinco años (entre 1903 y 1905) Franz le confesó sus dudas e
inseguridades ante una vocación que no sabía cómo afrontar y que el poeta trató
de orientar con una serie de consejos muy valiosos donde además
muestra su opinión sobre temas como la soledad, la belleza, la muerte e incluso
lo sobrenatura
1. ¿Mis versos son buenos?
No mirar hacia fuera sino “entrar en usted”. No preguntar a
nadie sobre la calidad de los versos ni comparar con otros y si de ese giro
hacia dentro, de esa sumersión en el mundo propio, brotan versos, no se le
ocurrirá a usted preguntar a nadie si son buenos versos.
2. ¿Debo escribir?
Reconozca si se moriría usted si se le privara de
escribir. Sobre todo: pregúntese en la hora más silenciosa de su noche: ¿debo
escribir? Excave en sí mismo en busca de una respuesta profunda (en lo más
profundo de su corazón) y si es afirmativa, un sencillo debo, entonces
construya su vida según esta necesidad.
3. ¿Qué debo escribir?
Intente, como el primer hombre, decir lo que ve y lo que
experimenta y ama y pierde. No escriba poesías de amor; apártese ante todo de
esas formas que son demasiado corrientes y habituales: son las más difíciles.
Por eso, sálvese de los temas generales y vuélvase a los que le ofrece su
propia vida cotidiana: describa sus melancolías y deseos, los pensamientos
fugaces y la fe en alguna belleza.
4. ¿Cómo debo escribir?
Descríbalo todo con sinceridad interior,
tranquila, humilde, y use, para expresarlo, las cosas de su ambiente, las
imágenes de sus sueños y los objetos de su recuerdo.
5. ¿Sobre qué temas debo escribir?
Si su vida cotidiana le parece pobre, dígase que no es
bastante poeta como para conjurar sus riquezas: pues para los creadores no
hay probreza ni lugar pobre e indiferente.
6. ¿Dónde puedo buscar la inspiración?
Aunque estuviera usted en una cárcel cuyas paredes no
dejaran llegar a sus sentidos ninguno de los rumores del mundo; ¿no seguiría
teniendo siempre su infancia, esa riqueza preciosa, regia, el tesoro de
los recuerdos? Vuelva ahí su atención. Intente hacer emerger las sumergidas
sensaciones de ese ancho pasado; su personalidad se consolidará, su soledad se
ensanchará y se hará una estancia en penumbra, en que se oye pasar de largo, a
lo lejos, el estrépito de los demás.
7. ¿Cómo sabré si mis versos son buenos?
Si de ese giro hacia dentro, de esa sumersión en el mundo
propio, brotan versos, no se le ocurrirá a usted preguntar a nadie si son
buenos versos. Tampoco hará intentos de interesar a las revistas por esos
trabajos, pues verá en ellos su amada propiedad natural, un trozo y una voz de
su vida. Una obra de arte es buena cuando brota de la necesidad.
8. ¿Quiero ser poeta?
No sabría darle más consejo que éste: entrar en sí
mismo y examinar las profundidades de que brota su vida: en ese manantial
encontrará usted la respuesta a la pregunta de si debe crear. Tómela como
suene, sin interpretaciones. Quizá se haga evidente que usted está llamado a
ser artista.Entonces, acepte sobre sí ese destino, y sopórtelo, con su carga y
su grandeza, sin preguntar por la recompensa que pudiera venir de fuera. Pues
el creador debe ser un mundo para sí mismo, y encontrarlo todo en sí y en la
naturaleza a que se ha adherido.
9. ¿En el caso que no quiera ser poeta…?
Pero quizá, después de ese descenso en sí y en su soledad,
deba renunciar a llegar a ser poeta, tampoco entonces habrá sido en vano este
viraje que le pido. En cualquier caso, a partir de ahí, su vida encontrará
caminos propios,y le deseo que sean buenos, ricos y amplios, mucho más de lo
que puedo decir.
10. ¿Le he parecido atrevido al dirigirme a usted?
Los versos que tan amistosamente me ha confiado se los
devuelvo ahora. Y le vuelvo a agradecer la grandeza y la cordialidad de
su confianza, de la cual, mediante esta respuesta sincera dada según mi
mejor saber, he tratado de hacerme un poco más digno de lo que, como
desconocido, soy realmente.
11. ¿Qué es lo más importante?
Lo que se necesita, sin embargo, es sólo esto:
soledad, gran soledad interior. Entrar en sí y no encontrarse con nadie
durante horas y horas, eso es lo que se debe poder alcanzar.
12. ¿ Y si me sobreviene la tristeza?
Sólo son peligrosas y malas aquellas tristezas que se llevan
entre la gente para ensordecerlas: como enfermedades que se tratan de un modo
superficial y tonto, no hacen más que echarse para atrás, y vuelven a salir más
temibles después de una pequeña pausa; y se concentran en el interior, y son
vida, son vida no vivida, despreciada, perdida, en que se puede morir. No debe
asustarse si se levanta ante usted una tristeza tan grande como nunca haya
visto otra. ¿Por qué quiere excluir de su vida toda tranquilidad, todo
dolor, toda melancolía, si no sabe lo que esas situaciones producen en
usted?
13. ¿Qué debo hacer cuando me asalte la duda?
Sin duda puede llegar a ser una buena cualidad si usted
la educa. Debe llegar a ser sabedora, crítica. Pregúntele, en cuanto la
duda quiera corromper algo, por qué algo es feo; exíjale pruebas y la
encontrará quizá perpleja y cortada, quizá incluso irritada. Pero usted no
ceda, exija argumentos y trátela así cada vez, atenta y consecuentemente, y
llegará el día en que, de ser destructora, pasará a convertirse en su mejor
trabajadora; quizá la más sensata de todas las cosas que trabajen en su vida.
14. ¿Se puede vivir del arte?
El arte es un modo de vivir y uno, viviendo de
cualquier manera, se puede preparar para él: en todo lo real se está más
cerca y más vecino de él que en esos irreales oficios semiartísticos que niegan
en la práctica la existencia de todo arte y lo atacan, como hace el periodismo,
y casi toda la crítica, y tres cuartas partes de eso que se llama y quiere
llamarse literatura.
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